Cuatro pilares, cuatro fases y cuatro puntos de vista unidos en una visión común: la del diálogo entre la arquitectura y la creación de una experiencia.

Este diálogo, siempre en constante evolución, hace de cada proyecto la respuesta a una conversación entre el cliente y DIIR. Un intercambio establecido en base a nuestros cuatro pilares, conceptos fundamentales para la creación de una identidad. Desde estos valores proyectamos espacios que perduran en el tiempo y en la memoria de quienes interactúan con ellos.

Un método dividido en cuatro fases que, a su vez, son lideradas por cada uno de los socios. Por medio de la profesionalización de estas etapas, se persigue el control exhaustivo en el proceso y la singularidad en el resultado final.

Rigor
Nuestra dedicación se refleja en la perseverancia y precisión con la que abordamos todo lo que hacemos, utilizando nuestro conocimiento, atención al detalle y resiliencia para cumplir con nuestra visión.
Sensibilidad
Manifestamos la sensibilidad a través de una escucha profunda, la cercanía con nuestros clientes, un enfoque aterrizado, un sentido común agudo y una nobleza intrínseca en cada proyecto que emprendemos.
Atemporalidad
Nos distanciamos de artificios temporales, centrándonos en la creación de espacios que perduran en el tiempo y en la memoria. Guiados por la transparencia y la sinceridad, cada proyecto refleja una esencialidad que trasciende las tendencias.
Resonancia
La esencia de la resonancia radica en nuestra capacidad de generar el mayor impacto con los recursos disponibles. Proyectamos no solo estructuras físicas, sino también una trascendencia que perdura en la experiencia de quienes interactúan con nuestros espacios.
PILARES
Estrategia
Fase estratégica de escucha y propuesta en la que se sientan las bases del devenir del proyecto. Las necesidades del cliente son ordenadas hasta crear una narrativa o historia que, apoyada de imágenes y palabras, conforma la semilla de todo lo que vendrá a continuación.
Concepto
Fase de diseño en la que se convierten las ideas más abstractas en realidades tangibles. Una vez sentadas las bases más aspiracionales se inicia una fase donde el espacio comienza a tomar forma. Los primeros croquis y diagramas se convierten en imagen, color y textura.
Técnica
Fase de ejecución en la que se inicia la parte más técnica del proyecto.  En el momento en el que la idea toma forma y el proyecto comienza a visualizarse, se lleva a cabo el desarrollo constructivo de la propuesta. La innovación y el cuidado por el detalle caracterizan el rigor de esta fase.
Práctica
Fase de obra en la que se realiza el control exhaustivo de todo aquello que ha sido proyectado. La supervisión técnica, unido a la coordinación de los oficios intervinientes, supone un reto imprescindible para garantizar el desarrollo de la obra en forma, tiempo y presupuesto.
PROCESO
Clientes
La creación de esta comunidad no puede entenderse si no es a través de las oportunidades que nos brindan los clientes. Estos se convierten en el motor de este sistema y gracias al constante discurso con ellos se empieza a esculpir la forma de esta red.
Proyectos
Ese primer orden da como resultado un singular ecosistema concebido gracias a la suma de un alto número de encargos. Los diversos trabajos que se realizan en paralelo constituyen un terreno de juego que será dividido en disciplinas y dirigido por colaboradores.
Disciplinas
Ese caldo de cultivo contiene una compleja información que debe ser sistematizada con el fin de optimizar los procesos. Las disciplinas aparecen como áreas de conocimiento que, según sus características, son lideradas por los especialistas pertinentes
Colaboradores
Estos especialistas conforman la comunidad que representa DIIR. Nuestro equipo interno se apoya de toda una red de colaboradores que participan en el proceso según la necesidad. Ingenieros, diseñadores, fotógrafos, paisajistas o artistas aportan conocimiento y enriquecen el proceso.
COMUNIDAD