En pleno contacto con el barrio de Chamberí, este espacio no esconde nada. Su razón de ser no solo tiene la voluntad de mostrar y difundir el arte de la arquitectura, sino que persigue el firme objetivo de mezclar el trabajo del día a día con una actividad cultural de primera línea.
espacio DIIR refleja fielmente los cuatro pilares que definen el trabajo DIIR. Un espacio que habla de rigor a través del dominio de la técnica. De sensibilidad a través del respeto por el material y la atención al detalle. De atemporalidad a través de la neutralidad de su diseño. Y de resonancia a través de la habilidad por generar impacto.
Buen reflejo de ello es la mesa de 6 metros de largo queda la bienvenida. Esta pieza escultórica se convierte en la gran protagonista del espacio. Su cuidado diseño mezcla sofisticación y artesanía y, de este modo, ejemplifica los valores del estudio.
Esta primera sala se concibe como un espacio de acogida y reunión. Sus dos grandes escaparates establecen un interesante diálogo con la calle Covarrubias. El carácter polivalente de este espacio, solo colonizado por la mesa en voladizo, es empleado para albergar actividades culturales de diversa índole.
Desde cenas a conferencias, pasando por exposiciones de ropa o producto, su versatilidad ofrece numerosas alternativas.
Seguidamente, y en contacto directo con esta primera zona, se dispone el espacio de trabajo. Dos grandes mesas acogen hasta doce puestos. Por último, un espacio bisagra nos distribuye hacia otras dos salas. Una es destinada a sala de reuniones, mientras que la otra, recibe la cocina.
Este espacio, diseñado hasta el último detalle, tiene la clara voluntad de recibir un papel relevante en el esquema general. Su mesa acoge numerosos comensales y se convierte en un agradable espacio de improvisadas reuniones. En contacto directo con esta sala se ubican los baños.
La paleta de materiales permite que el espacio sea entendido como un showroom. Las soluciones escogidas reflejan muy bien la manera de hacer de DIIR. De este modo, se mezclan materiales naturales como el ladrillo, la celulosa o la madera de pino con otros más sofisticados como el aluminio vibrado.
Se trabaja concienzudamente esta combinación de materiales hasta conseguir un ambiente neutro y homogéneo.