El afán por experimentar con nuevas tipologías de vivienda tiene como resultado esta propuesta. Casa M60 es la continuación de una investigación que hace de la flexibilidad su máximo exponente y propone, a través de una serie de estrategias, la creación de unidades no jerarquizadas. Un modelo abierto donde los límites aparecen desdibujados y cuyo fin último se basa en la creación de módulos transformables.
La conceptualización del proyecto parte de una táctica clara. La longitudinalidad del espacio se enfatiza mediante la concatenación de salas. Esto hace que la dualidad conceptual del proyecto sea evidente. Se propone una sucesión de muros transversales que, por un lado, parecen fragmentar el espacio, pero que, por otro, son perforados para que los espacios se conecten y cada uno sea continuación del anterior. Estas habitaciones, al igual que sus perforaciones, cambian gradualmente de proporción y tamaño. Esto hace que la progresión a través de esa secuencia simule repeticiones simétricas y genere la ilusión de una perspectiva infinita.
Las unidades son entendidas como salas en sí mismas, módulos capaces de conservar su independencia. Cada una de ellas se proyecta asociada a un mobiliario que forma parte del propio concepto. Este sistema no solo dibuja la cáscara o envoltorio del proyecto sino que, además, encierra los dispositivos encargados de activar el programa. De este modo, es posible liberar la espina dorsal y ofrecer un largo y limpio recorrido cuya polivalencia admite diversos usos.
Esta rotundidad tan geométrica se contrarresta con tonos calmados. La paleta de materiales claros se rompe puntualmente en determinadas escenas. Por un lado, los pasos se enfatizan con cercos de granito. Por otro, los muebles asociados al perímetro, se revisten con espejos o superficies metálicas para ofrecer contraste y adquirir una entidad significativa.